EXTERNALIDADES DERIVADAS DE LOS PROCESOS PRODUCTIVOS
Los procesos productivos suelen generar ciertos impactos sobre el ambiente y otras actividades de producción. Estos pueden ser negativos o positivos. La teoría económica los denomina externalidades.
Los estudios de índole económica sobre los recursos naturales y el ambiente han cobrado importancia en los últimos tiempos. Suelen considerar tres ejes relevantes al momento de efectuar un análisis en relación a los mismos: la contaminación ambiental, la extracción de recursos –sean renovables o no- y la valoración ambiental (Aguilera Klink y Alcántara, 2011). En este sentido, cabe preguntarse qué se entiende por “ambiente”.
El ambiente constituye ese espacio dual en el que los individuos realizan todas sus actividades productivas y toman de él los recursos necesarios para transformarlos en productos finales con mayor o menor grado de valor agregado. Pero, por otro lado, ese mismo ambiente es el que recibe todos los residuos que generan tanto los productores como los consumidores. Surge entonces la economía ambiental, que tiene sus raíces en la teoría neoclásica.
Uno de los temas centrales de la economía ambiental es el tratamiento de las externalidades (donde se analiza la valoración monetaria de los beneficios y costos ambientales) y el estudio relacionado a la problemática del agotamiento de los recursos no renovables vinculado a la cuestión de la asignación óptima intergeneracional (op. cit.).
Cuando los precios de mercado no manifiestan completamente los costos (o beneficios) asociados a las actividades que realizan los productores aparecen las llamadas “fallas de mercado”. Es posible decir entonces que existe una externalidad de producción, cuando una determinada actividad productiva genera un efecto indirecto sobre otras actividades de producción que no se refleja a través del sistema de precios de mercado.
Estos precios aparecen distorsionados, ya que no incluyen todos los costos o beneficios reales para la sociedad, lo que conduce a una inadecuada asignación de recursos. En presencia de externalidades, el mercado falla y se genera una pérdida de bienestar porque se tiende a producir en una mayor o menor cuantía lo que resultaría óptimo (Mas Colell et al, 1995).
Varios son los ejemplos que se citan para mostrar estos efectos, particularmente aquellos negativos relacionados a la producción. Uno de los más comunes hace referencia a una firma que vierte sus residuos en un río, haciendo que ese lugar ya no sea apto para realizar una actividad económica (por ejemplo, la pesca). El hecho de que el río tenga aguas contaminadas afectaría la rentabilidad de los pescadores, ya que el volumen de capturas se vería reducido debido a la mortandad de peces causada por la contaminación.
Las externalidades negativas en la producción se originan a raíz del deterioro o del mal uso de los recursos naturales. La causa de ello radica en “(…) una inadecuada delimitación de los derechos de propiedad y en la ausencia de un marco institucional que permita la compensación por externalidades, otorgando incentivos a los agentes económicos para alcanzar un óptimo uso de los recursos” (Vazquez Manzanares, 2014).
Finalmente, cabe mencionar a las externalidades positivas de producción.
Las externalidades positivas de producción se originan cuando una actividad productiva genera efectos externos que impactan positivamente en el desarrollo de otra actividad. A modo de ejemplo puede mencionarse el caso de los productores de miel, que instalan sus colmenas en cercanías de establecimientos agropecuarios dedicados a la producción de girasol. La actividad de polinización llevada a cabo por las abejas contribuye a incrementar los rindes por hectárea de esta oleaginosa, impactando favorablemente en el beneficio económico del productor.
La identificación de las externalidades, fundamentalmente de aquellas derivadas de procesos productivos que generan impactos negativos sobre el ambiente, es clave a los efectos de implementar adecuadas políticas públicas, que tengan como finalidad morigerar los efectos negativos que éstas provocan. La más común es la aplicación de impuestos, de modo tal de que la firma internalice ese costo que origina a la sociedad.
Otra alternativa es que las firmas, en caso de generar efectos negativos a través de la producción de residuos, realicen un tratamiento de los mismos.
Estos pueden convertirse en inputs que den lugar a otro output, pasando así del tradicional modelo de producción lineal a uno de producción circular.