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Marzo - Abril 2023  

Numero 182


Ing. Agr. Segundo Bobadilla
M.N .15074*04*01
EEA INTA Esquel, Chubut. 

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EL CULTIVO DE TULIPÁN

Esta nota desarrolla las diferentes alternativas productivas que brinda el cultivo de tulipán, desde la producción de bulbos hasta la de plantas en maceta o flor de corte.


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El tulipán es una planta Monocotiledónea perteneciente al género Tulipa que incluye alrededor de 125 especies, aunque muy pocas de ellas son cultivadas a escala comercial. El bulbo posee una envoltura externa llamada túnica y, en el interior, se encuentran escamas suculentas -entre dos y seis- adheridas al plato basal a partir del cual se desarrollan raíces adventicias. Entre las escamas existen yemas laterales que darán origen a los bulbos hijos (figura 1.1). 



Figura 1.1: vista de la sección vertical de un bulbo de tulipán en estado de reposo. Adaptado de Bañon Arias et al, 1993.


Es un cultivo que requiere una secuencia de temperatura cálida-fría-cálida para expresar un activo crecimiento y completar su ciclo ontogénico (De Hertogh y Le Nard, 1993, De Hertogh, 1996). 
Se planta durante el otoño y florece en primavera. Al momento de la plantación, el bulbo presenta en su interior una yema apical que, en el caso de ser un bulbo con una circunferencia superior a 6-8 cm o peso entre 6-8 g, originará una vara floral, acompañada por entre 3 y 5 hojas. En el caso de ser más pequeño, sólo presenta una hoja, sin flor (De Hertogh y Le Nard, 1993, Schiapacasse, 1999). La flor típica presenta 6 tépalos, 6 estambres y un gineceo trilobulado.
 
CICLO

En otoño, cuando las temperaturas son decrecientes, ocurre un rápido crecimiento de raíces y un lento crecimiento de la yema apical. A inicios de primavera ocurre una rápida elongación del escapo floral y la planta entra en el estado fenológico de floración o antesis. Luego de la floración se produce el crecimiento de los bulbos hijos y, simultáneamente, las escamas del bulbo madre se secan y desaparecen progresivamente. 

Desde el punto de vista productivo el cultivo de tulipán presenta diferentes alternativas cuyos requerimientos difieren significativamente. Por un lado, existe la posibilidad de producción de bulbos, cuyo objetivo es producir a campo la mayor cantidad posible de bulbos de tamaño comercial y para stock de plantación. Por otra parte, está la comúnmente conocida como “industria del forzado” que consiste en cubrir artificialmente los requerimientos necesarios del cultivo para la producción de flor y planta en maceta.

En el caso de que el cultivo esté destinado a la producción de bulbos, luego de floración y una vez eliminadas todas las plantas fuera de tipo y aquellas que presentan virus, se eliminan todas las flores dejando todas las hojas para facilitar el crecimiento de estos. 
A fines de primavera los órganos aéreos se marchitan, y el desarrollo de los bulbos hijos culmina, entrando los mismos en un aparente estado de dormición que no es tal, ya que se produce una activa diferenciación de las yemas florales y vegetativas.

De esta manera, continuos cambios tienen lugar prácticamente durante todo el año y siempre hay órganos siendo iniciados, creciendo, envejeciendo o desarrollándose. Al finalizar el verano todos los órganos de la planta están presentes en el bulbo (De Hertogh and Le Nard, 1993; Bañon Arias et al, 1993; Rees A.R, 1992, Schiappacasse 1996). 

La figura 1.2 muestra un esquema del ciclo del tulipán.



Figura 1.2: Esquema del ciclo anual de crecimiento y desarrollo de una planta de tulipán que produce flor. (A): paquete de bulbos cosechado; (B): bulbo principal separado; (C): bulbo madre con primordios radicales y florales altamente desarrollados, previo a plantación; (D): bulbo enraizado bajo las condiciones medioambientales de invierno; (E): bulbo madre en el estado de floración. Adaptado de De Hertogh, 1999.



PRODUCCIÓN DE BULBOS

Un cultivo comercial de tulipán destinado a la producción de bulbos está basado en la utilización de bulbos pequeños y medianos que corresponden a tamaños entre 5 y 10 (circunferencia en cm) (De Hertogh y Le Nard, 1993, Bañon Arias et al, 1993). 

Los factores de producción más importantes comprenden aquellos referidos a los aspectos sanitarios, especialmente relacionados al control de virus, de fundamental importancia para el mercado externo; control de malezas; el riego; la fertilización -tanto en lo que se refiere a macronutrientes como a micronutrientes- y el manejo post-cosecha, teniendo en cuenta que el objetivo básico de este tipo de producción es lograr la mayor cantidad de bulbos de excelente calidad, tanto para “forzado” (producción de flor) como para stock de plantación. 

La producción se inicia durante el otoño con la plantación de los bulbos en camellones o platabandas, previo tratamiento con fungicidas y nematicidas de ser necesario (Schiapacasse, 1999, Turró y Diacinti, 2003). 

El suelo debe ser bien drenado, sin impedimentos mecánicos tales como piedras o capas compactadas, con contenidos de materia orgánica superiores a 2%, pH neutro o levemente ácido y bajo contenido de sales (menos a 2 ds/m)

La densidad de plantación varía con el calibre de bulbo utilizado (ej, bulbos calibre 7/8: 100 bulbos/m2) y la profundidad oscila entre 10 y 15 cm, medidos desde la base del bulbo a la superficie del suelo (De Hertogh y Le Nard, 1993, Bañon Arias et al, 1993, Schiapacasse, 1999). Luego de plantación y de acuerdo a las condiciones de humedad de suelo, puede ser necesario realizar un riego para permitir un adecuado desarrollo de las raíces. 

A inicios de primavera se produce la emergencia del cultivo, con una rápida elongación del escapo floral, y se produce la floración. Durante este período es necesario realizar control de malezas, aplicación de riego, fertilizaciones, control de plagas y enfermedades, identificación y eliminación de todas las plantas que presenten síntomas de enfermedades, fundamentalmente relacionado con el virus del TBV (Tulip Breaking Virus). Luego de floración se decapitan todas las flores (Turro y Diacinti, 2003, Bañon Arias et al, 1993). 

Es importante destacar que, luego de floración, se produce el crecimiento de los bulbos hijos; por lo que este período debe ser lo suficientemente prolongado como para obtener bulbos de buen calibre. Esto se logra en sitios con temperaturas primaverales de entre 12 y 15 º C. En sitios con altas temperaturas primaverales no se logrará una producción de bulbos adecuada.

A principios de verano se produce la senescencia del cultivo, se interrumpen los riegos y se procede a la cosecha. Los bulbos son limpiados, se realiza una desinfección por inmersión en una solución con fungicida, se secan rápidamente y se seleccionan de acuerdo al tamaño (circunferencia en cm) (Schiapacasse, 1993).
Posteriormente se separan los bulbos comercializables destinados a jardines, flores de corte y plantas en maceta, de aquellos que se utilizarán para la producción de nuevos bulbos (“stock de plantación” o “bulbos semilla”) (De Hertogh y Le Nard, 1993).

Los bulbos son almacenados en cámara con una humedad relativa variable entre 65 y 75% (Turró y Diacinti, 2003), libres de etileno y con distintas temperaturas según se trate del stock de plantación o de bulbos para producción de flor. En general, el stock de plantación es sometido durante 3 a 4 semanas a temperaturas altas de 20 a 25 ºC , y luego a temperaturas medias (15 a 20 ºC) (De Hertog y Le Nard, 1993). 

PRODUCCIÓN DE FLOR

En el caso de bulbos de tamaños superiores destinados a flor de corte o planta en maceta, los bulbos son sometidos a diferentes tratamientos de temperaturas altas, intermedias y, luego de que la yema floral haya alcanzado el estado “G” (gineceo trilobulado) a temperaturas frías (iguales o menores de 9°C) según el cultivar de que se trate y el momento en que se quiera obtener la flor (De Hertogh A y Le Nard M, 1993; De Hertogh A, 1996). 
Existen dos tipos de forzado para el manejo de la floración, el “estándar” y el “forzado directo, especial o a 5ªC”.

Forzado estándar


Los bulbos con o sin frío previo son plantados en un sustrato en macetas o bandejas y sometidos a temperatura de 9ºC por un determinado período, de acuerdo con la variedad. El enraizamiento y aparición del escapo floral se produce en cámara y el período de invernadero es muy breve.
En el gráfico Nº 3 se muestra como ejemplo un posible tratamiento de bulbos de tulipán utilizando el forzado estándar, en este caso con pre enfriado.

Enfriado directo, enfriado especial o 5ªC


Los bulbos reciben todo el tratamiento de frío en seco, sin plantar, por lo tanto no se requieren salas de enraizamiento y el espacio necesario es menor. No todas las variedades se adaptan a este tratamiento que es utilizado sobre todo en flor de corte.